Parte fundamental de todo negocio es el área de mercadotecnia, aunque naturalmente en una empresa de nueva creación o un nuevo negocio propio los recursos son limitados y es de suma importancia aprovecharlos al máximo.
Debido a esto se tiende a demeritar la importancia de definir adecuadamente la identidad de la empresa desde sus inicios ya que se considera un gasto excesivo, cuando en realidad no tiene por qué serlo.
Definir la cara que la empresa dará a los clientes potenciales mediante su identidad desembocará en una percepción mejorada de la marca ante la audiencia, lo que redituará en una mayor credibilidad, un mejor y más sólido posicionamiento y la probabilidad exponencial de colocar nuestros productos o servicios en el mercado.
Estos son los elementos principales que se definen en un proyecto de identidad básico para cualquier empresa.
Nombre
El nombre es la identificación más recurrente de nuestra marca, por ello debemos procurar que el nombre a elegir sea fácil de recordar, lo suficientemente distintivo e inclusive, en algunos casos se puede recurrir a la identificación (que el nombre remita directamente al producto o servicio comercializado).
Para ilustrar este punto veamos algunos ejemplos del ramo tecnológico con sus características:
IBM (International Business Machines). Uno de los recursos más utilizados en décadas anteriores para nombrar empresas era mediante siglas, como en este caso, las cuales representan una versión corta de un nombre plenamente identificable de la empresa con sus actividades. En algunos otros casos las siglas pueden tener su origen en nombres propios o apellidos de los fundadores, entre otros casos.
Microsoft. El nombre de esta empresa brinda una idea más clara acerca del ramo en el que se especializa, gracias al sufijo ‘Soft’ que podemos relacionar con la palabra software.
Apple. Su nombre no remite absolutamente a nada tecnológico ni es distintivo, pero gracias a su éxito la palabra Apple ha logrado convertirse en un referente de temas tecnológicos en nuestro lenguaje.
Logotipo
El logotipo debe transmitir los valores de la empresa adecuadamente, así como hablar de qué es lo que se ofrece. Esto no quiere decir que nuestro logotipo tenga que ser una ilustración del producto que comercializamos, sino que debemos lograr una identificación valiosa con nuestros clientes potenciales mediante el lenguaje visual utilizado.
En los ejemplos anteriores podemos notar que aunque los logotipos no nos digan explícitamente cuál es la actividad de la empresa el estilo visual nos remite a dicha labor. Mientras en el logotipo de IBM se puede apreciar cierto aspecto tecnológico, en el caso de la famosa joyería Cartier éste se aprecia como representativo de algo estilizado y valioso.
Personalidad
Además de los aspectos gráficos, una marca está definida por un estilo de comunicación que se ve reflejado en su publicidad y en toda comunicación que la empresa efectúe. Entre otros elementos se encuentra el lenguaje que utilizan sus empleados de atención al cliente ya sea al hablar o escribir, la apariencia de sus oficinas, la vestimenta de sus trabajadores, entre otros.
La personalidad también se permea hacia los aspectos gráficos mediante todo el material de comunicación y publicidad que utiliza la empresa. Con dichos elementos se comunica subjetivamente la “voz” de la marca ya que el cliente, más allá de nuestra intención, habrá de identificar esta mencionada personalidad a través del estilo, por ello es importante ser conscientes de este aspecto y controlarlo de la mejor manera posible de acuerdo a lo que queremos transmitir.
En este ejemplo podemos ver la papelería institucional del canal MTV, misma que comunica una personalidad juvenil, expresiva, animada, de acuerdo a la identidad de esta marca.
En cambio en este otro ejemplo podemos ver como la marca pretende mostrar una personalidad más seria y conservadora, aún así manteniendo un estilo elegante.
El caso ideal sería definir la identidad gráfica de una empresa desde su gestación, aunque esta definición también se puede efectuar a una marca existente mediante el re-branding de la misma, con el cual se puede partir de una identidad gráfica existente y complementarla o inclusive tomar sólo aspectos primordiales como colores o logotipo y a partir desde ahí complementar la propuesta de identidad.
En Lav procuramos brindar a nuestros clientes asesoría acerca de la creación de su marca para que puedan lograr una mejor percepción y posicionamiento ante sus clientes, redituando en un beneficio económico para sus negocios.
Contáctanos para brindarte asesoría personalizada acerca de cómo podemos ayudar a que tu negocio crezca.